miércoles, 23 de marzo de 2011

CHOCOLATES (Jorge Ceballos, Luis Miguel Jaramillo, Carolina Muñoz, Juanita Romero)

Categoría
Chocolates de mesa

La industria chocolatera es una de las agroindustrias con más tradición en Colombia. Su participación en la década de los años noventa fue de más del 2% en la industria de alimentos. A comienzos del siglo XIX, surgieron los primeros intentos para cultivar sistemáticamente el cacao en Colombia.

Es importante mencionar que el chocolate es una bebida tradicional en Colombia, y en algunas de las regiones del país, unas más que otras, se ha convertido en un ritual su preparación.

En Antioquia, en el siglo XIX, el consumo de chocolate no se había generalizado y el agua de panela era una de las bebidas más acostumbradas. En 1886, Tulio Ospina publicó un Manual del cultivo del cacao con el ánimo de promover su siembra y beneficio. Según cálculos del ingeniero Francisco Javier Cisneros, en esa época, más del 85% del cacao consumido en Antioquia provenía de la provincia del Cauca.

Cuando por fin se consolidó su producción, los paisas decidieron mezclarlo con el agua de panela, que creó entonces el “agualate”, bebida que se convirtió en el refrigerio más tradicional y típico de la región. Cuentan los viajeros y turistas de la época, quienes dejaron su testimonio del gusto por el consumo del chocolate, que quedaron realmente maravillados con las diferentes formas de preparación y los cálidos momentos de consumo. Para este entonces, el chocolate estaba reservado a los más acomodados. Era raro encontrarlo en la ración alimenticia de un peón, y en Antioquia era muy acostumbrado mezclarlo con harina de maíz.

Para la segunda mitad del siglo XIX se hicieron algunos intentos rudimentarios para industrializar la producción del chocolate, aunque con poca fortuna. La noticia más lejana que se tiene en Antioquia, data de 1864, cuando el Estado Soberano le otorgó al ciudadano español Antonio Martínez de la Cuadra, un privilegio exclusivo para instalar una máquina de vapor que permitía moler 400 libras de cacao al día. En la década de 1870 surgieron otros pioneros como Pedro Herrán, Timoteo Bravo, Félix Gaitán y Agustín Freidel, quienes ofrecían cacao elaborado a los hogares de mineros y agricultores, y lograron reemplazar en parte el chocolate molido en piedra por el chocolate "de pasta".

Hoy en día en el país el chocolate se ubica en una posición importante en los hábitos alimentarios de las familias, y se considera como un producto básico de la canasta familiar. Un estudio realizado por la firma Invamer Gallup en el 2003 demostró que alrededor de 11 millones de colombianos desayunan diariamente con chocolate, lo que equivale al 30% de la población colombiana. Este estudio también estableció que el chocolate está presente en el 85% de los hogares en el país.

A finales del siglo XIX, Colombia producía unas 6.000 toneladas de cacao. A pesar de los distintos problemas que enfrentaron los agricultores, el chocolate como bebida se integró poco a poco a la vida diaria y creó toda una cultura a su alrededor.
El cacao se daba en forma silvestre y los indígenas lo consumían como otro producto. Del chocolate como bebida se pasó tiempo después al consumo de chocolate en barras y en polvo, lo que constituyó una verdadera revolución. Esta otra historia, la de la industrialización, se inauguró en 1819 cuando Francois-Louis Cailler fabricó artesanalmente el primer chocolate en barra en Vevey.

Los recetarios de cocina publicados a principios del siglo XX en Antioquia, son el reflejo de la adopción del chocolate en la dieta familiar. Obras como el Manual Práctico de Cocina para la ciudad y el campo, de 1908 publicado por Elisa Hernández, o la Colección de Recetas de Cocina, escrita por Maraya Vélez en 1915, contienen variadas y apetitosas fórmulas para preparar diversos platos para acompañar la bebida, así como recetas novedosas en las que el ingrediente principal era el chocolate.
Para 1918 el chocolate ya había ganado popularidad entre la población de Antioquia y Medellín, al punto que la canasta de alimentos que diseñó el ingeniero Alejandro López con el fin de medir la inflación, estableció que una familia típica de diez personas en Medellín, consumía al mes dos libras de chocolate.
Consumidor:
Mujeres amas de casa, madres de familia de una edad entre los 25 a 40 años, de un nivel económico medio bajo, medio, medio alto,  madres que sienten el gusto de preparar un delicioso chocolate en su desayuno, su algo, que sea algo más que tomarse un simple chocolate, que sienten amor por sus hijos y por su familia, que les gusta compartir momentos con ellos, mientras disfrutan de una taza de chocolate.

Decisores de compra:
Los decisores de compra del chocolate son las mujeres y hombres mayores de edad que deciden las compras de los productos del hogar, motivados por la garantía y acompañamiento en el punto de venta del producto.

Lugar de compra:
Tiendas de barrio, supermercados, almacenes de cadena, mayoristas.


Frecuencia de compra:
La  frecuencia de compra de este producto depende del lugar donde se adquiera ya que en los diferentes puntos de venta se encuentra variedad de tamaños, por esto en los supermercados pequeños o tiendas de barrio la frecuencia es semanal o  cada 3 días ya que venden la pastillita pequeña que es como para 2 días o 3, ya en los almacenes de cadena y mayoristas la frecuencia si es más o menos cada 20 días o cada mes, ya que en estos solo se consiguen los productos de mayor tamaño, la presentación pequeña o personal del producto no se consigue en los almacenes de cadena y mayoristas.

DOFA

Debilidades:
  • El precio de chocolate Luker y Chocolate Cruz es un poco más costoso que el chocolate Corona y Diana.
  • Los chocolates Diana, Luker y Cruz tienen poca publicidad, por no decir nula.
  • Existe mucha competencia directa.
  • Los empaques de los chocolates Luker, Cruz y Corona son muy parecidos, ya que todos son amarillos.


Fortalezas:
  • Existe una buena distribución del producto en los puntos de venta.
  • Tienen experiencia en el mercado.
  • Los empaques protegen al producto de la humedad.
  • Luker, Cruz y Corona son reconocidos en el mercado.

Amenazas:
  • Variación en el costo de la materia prima.
  • Consumo de un producto sustituto como el café
  • Cambios en los hábitos de consumo, con tendencia a la reducción de grasas y productos calóricos.

Oportunidades:
  • Se pueden desarrollar nuevos productos o mejorar los actuales para entender las necesidades de los clientes.
  • Es un producto que no tarda en ser perecedero.
La importancia de la Plaza

La plaza es la “P” que consideramos más importante, debido a que estos chocolates tienen una distribución optimizada, y en cualquier punto de venta se puede encontrar en diferentes presentaciones, esto gracias a que tienen una red de distribución grande y eficiente, que hace que este producto se pueda encontrar en cualquier ciudad, barrio, municipio, vereda o pueblo.

Excelente red de distribución tanto en Colombia como en el exterior: en países como México, Costa rica, Perú entre otros, Fortaleza en distribución al interior de Colombia es adaptada a las realidades de otros mercados a través de una amplia red de distribución.

Mucha parte de las ventas de chocolates de mesa, se realizan a través de las tiendas o almacenes de barrio. Lo anterior se explica por los hábitos de compra de una población de bajos ingresos, que prefiere comprar en pequeños volúmenes, con crédito por parte del tendedero y atención más personalizada.



Carolina Muñoz / Chocolate Diana


Jorge Ceballos / Chocolate Cruz
Luis Miguel Jaramillo / Chocolate Luker


Juanita Romero / Chocolate Corona




























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